En la provincia de Córdoba, el padre Aguilera (un sacerdote de 68 años), hace 30 años creó la Casa del Niño. En este lugar hoy crecen, comen y sueñan unos 450 chicos abandonados.
Fue en el año 69 cuando los arroyos crecieron tanto que se llevaron los ranchitos de las orillas y mucha gente quedó en la calle. En medio de la desolación, el padre Aguilera descubrió las caras de tres chiquitos y una nena que lo miraban con la misma tristeza que al río: con un padre preso y una madre vaya uno a saber por dónde, el religioso no dudó y decidió alterar para siempre la tranquilidad de su inmaculada casa parroquial. Una señora del barrio lo ayudo a criarlos y luego fueron llegando los demas niños, mientras otros hombres y mujeres del barrio le brindaban su ayuda.
En el complejo hay 12 casas construidas en base a donaciones y con la mano de obra de los adolescentes que ya saben las artes de la albañilería. Aqui se enseñan oficios como: carpintería, soldadura, panadería, horticultura, plomería y demás otras salidas laborales para cuando llegue la hora de partir. No todos viven en esas construcciones: existen otras 54 casas que rodean a la aldea principal.
Creo que este padre es un hombre admirable ya que dice: "Yo sólo aspiro a que, así como Dios les dio, ellos den cuando deban hacerlo".
Deberiamos reflexionar y darnos cuenta que este hombre esta ayudando a muchos niños a poder tener una vida digna.
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